viernes, 6 de septiembre de 2013

Furgonetas, Nordkapp, renos...y más accidentes.

Nuestro amigo italiano tuvo la  estupenda idea de prepararnos una visita exprés a Nordkapp encargándose él de buscar trasporte, alojamiento, rutas, etc. Siendo como es de la Cofradía del Puño Cerrado, esto se presentaba cuanto menos, interesante.
Salimos el viernes a las 21 de la noche. La caravana consistía en dos furgonetas de 9 personas llenas de gente internacional y un coche de alemanas que decidieron ser poco originales y sociales.
El plan era parar cada dos horas para descansar 15 minutillos, comer algo, meada, cigarro (yo no, Ana, lo prometo) y cambio de conductor. Y asi estuvimos toda la noche.
La primera parada oficial para hacer fotos y descansar algo más, fue justo al comenzar la carretera que recorre la costa en Lakselv. Allí nos mojamos los pies, hicimos fotillos y otras cosas (ojo, Diego) al grito de Pee in the Arctic Sea! Pee in the Arctic Sea! -sí, sabíamos que no era correcto pero rimaba mejor-.
Pee in the Arctic Sea!
Grata fue nuestra sorpresa cuando llegamos al hostel y descubrimos que el siempre cutre amigo italiano, esta vez se había lucido con un albregue barato y muy decente. Nos dio tiempo a tomar un café rápido y desayunar algo, y directos a Nordkapp. El precio de la entrada es bastante desorbitado, 26€ por barba, aunque ya que estás allí no te vas a volver sin entrar. Dentro, aparte de una tienda de regalos bastante surtida, tienen algunas exposiciones interesantes, un capilla muy chula, un mirador y por supuesto el archiconocido globo del Cabo Norte.
Portada de mi nuevo disco
El resto del día decidimos hacer una ruta de trekking al verdadero punto más septentrional de Europa, cosa que descubrimos que hay que hacer ANTES de visitar Nordkapp ¿Por qué? Porque si haces la ruta de unas 6-7 horas y llegas al punto geodésico, verás un paisaje de la ostia, encontrarás una caja con un libro de firmas y un código QR para fotografiar con tu móvil. Dicha foto, te servirá dentro de Norkapp (previo pago de su entrada) para hacerte con un recuerdo bastante goloso, un carnet del Royal North Cabe Club, que no tiene todo el mundo, y el derecho a entrar a Nordkapp gratis el resto de tu vida. Lo de volver lo veo chungo, lo de tener el carnet mola más. Avisados quedáis.
Envidia y lo sabéis
Y ahora la aventura. A escasos cientos de metros de llegar al geodésico, resulta que una de las alemanas, se revienta un tobillo. Y estamos a unas 3 horas majas de los coches, sin cobertura y con pocas opciones. Así que la dejamos abandonada a su suerte y gritándonos en lengua bárbara. Libor, un tío bastante majo y resolutivo, organizó en seguida dos grupos de gente, uno de mayoría tíos para cargar con la pobre muchacha, y otro que fue a ritmo normal hacia los coches para ir preparando el tema de asistencia médica y así también reducir la gente alrededor de la herida. Resultado: esguince de tercer grado.
El camino de vuelta estuvo salpicado por millones de renos que campaban a sus anchas por las carreteras sin pudor ninguno. Sé que para la mayoría es como un animal mágico y esas mierdas, pero os juro que no he visto animal más estúpido en mi vida. El italiano coincide conmigo.
Seguiremos informando.
Familia de renos a cada cual más estúpido.

1 comentario:

  1. jajajajaj, cojones tío y yo acojonado en España por si me sale un perro, y allí te salen renos de las piedras,jajajaj

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