lunes, 16 de septiembre de 2013

Cuando te das cuenta que las cosas en España no son tan bonitas

Os voy a contar una historia de lo buena, eficiente y magnífica que es la administración pública en España (oh, España).

Aviso desde ya que este post es única y exclusivamente para dar rienda suelta a mi (creciente) enfado y que más de un improperio va a salir de mi teclado.

Comencé a solicitar la tarjeta sanitaria europea meses antes de venirme a Rovaniemi, y después de hacerme ir dos veces con sus consecuentes molestias de viajes, falta el papel X o el impreso Y (¿a alguien más le suena?), conseguí que me dieran un certificado sustitutorio con validez hasta finales del presente mes. Mientras tanto, tendría que esperar a que me enviaran la tarjeta a mi domicilio español y si ves que no te llega -palabras textuales de la hipercualificada persona que me atendió- mandas a alguien que lo reclame. Dicho y hecho, tuve que enviar a alguien a que me hiciera las gestiones. Y se encontró con un NO rotundo porque tenía que demostrar haber pagado el seguro escolar de este curso, es decir, de este año, o la matrícula. Y yo me pregunto, ¿por qué cojones no me pidieron eso en las dos veces que yo fui?, y segundo, ¿cómo coño lo hago cuando en Agosto la universidad está cerrada y dificilmente se puede hacer matrículas y demás papeles? Con la ceja ya temblando de pura rabia, decido esperar a primeros de Septiembre y envío a hacer todos los papeles universitarios a Ana M. (TE QUIERO), y descubrimos que al ser mayor de 28 ya no tengo derecho a seguro escolar (porque todo el mundo sabe que no nos ponemos enfermos ni tenemos accidentes dentro o de camino a la universidad). Finalmente Ana M. realiza, rellena y paga en mi nombre y hace llegar la documentación a mi casa.
Pues bien, cuando llevan de nuevo los papeles para solicitar la dichosa tarjetita -por fin, pienso- dicen que no, que no se habrían fijado en que soy mayor de 28 años y que entonces depende del Inem o de su puta madre. Que si eso, las universidades suelen tener conciertos con seguros, pero que ellos solo cumplen lo que manda el Inem (perdón, Sepe).

Y ahora es cuando me cago en su puta madre, y pienso para qué cojones he estado yo pagando 10 putos años de Seguridad Social e impuestos. Pero lo peor es la sensación de gilipollas que se te queda cuando ellos están tan tranquilos y les importa tres cojones dejar vendido a un español en donde sea el pais que se haya ido. Por que esto es España, señores. Y así nos va. ¿Cómo coño pretendemos salir de la puta crisis cuando ni siquiera somos capaces de expedir una jodida tarjeta sanitaria? ¿Cuándo para hacer estas gestiones de mierda te encuentras con personal estúpido rozando la inutilidad humana? ¿Cuándo la pelota administrativa se pasa de unos a otros pero nadie tiene ni puta idea de qué hacer o cómo hacerlo, sólo saben que eso lo llevan otros?

Cojonudo, España. Cojonudo. Las comparaciones son odiosas, lo sé, pero estando aquí te das cuenta de lo mal que funciona. No me extraña que seamos el Tercer Mundo de Europa. Lo que me extraña es que no nos echen de la Comunidad Económica Europea.

Mucho sol, mucha playa y montaña, gente estupenda y calidad de vida. Pero la administración pública es una puta lacra en este pais. Y encima el puto relaxing cup of café con leche. Tócate los cojones.

Seguiremos informando. O no. A lo mejor me pego un tiro.

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